26 junio 2009

bienvenidos

estoy escuchando música y se me están ocurriendo muchas cosas, pero todas por muy dispares y diferentes que sean al final tienen que ver con lo mismo, es como una de esas cosas que se te pegan a la mente como un chicle y entonces todos tus pensamientos son ultra viscosos y con un mismo sabor a dulce efímero, y entonces empiezas a pensar multitud de cosas que al final saben a lo mismo, en realidad las ideas se escapan de tu control, en realidad nunca has tenido control sobre tus ideas, en realidad ellas siempre te han controlado a ti, y entonces te das cuenta de que se está bien así, porque a pesar de todo, podrías estar peor. hablando de mí en segunda persona sin ninguna necesidad de dirigirme a nadie, se me antoja relajar los músculos de mis sentimientos, destensar las ligaduras de mis frustraciones, contraer una sonrisa sin ningún esfuerzo y esbozar un sueño sobre la frágil pantalla de mis tentaciones, porque, para qué mentirme más, quiero hacer lo que más quiero y lo haré aunque esto signifique cambiar de vida, o más bien, desmaquillarla un poco, quitarle esos polvos grises de sus mejillas para dejarla ver tal como quiero que sea. quiero quiero y estoy a punto de hacerlo, como si fuera un avión que sin más está a punto de despegar hacia las antípodas. mientras escribo esto, lo noto aquí en la sien, y a la vez en la punta de los dedos, y a la vez en las papilas gustativas, y a la vez en el corazón, el cambio está aquí, ya casi ha cruzado el océano del deseo y de la mera suposición para instalarse en el día a día, en mi día a día. ya no quiero escribir más, se me rebelan las palabras en estas horas de la tarde y acaban por crear un oasis de frases que llevan en su sangre mi propia sangre, mi propio sentir, y todo de manera tan espontánea. ya han estallado mis pensamientos: por la derecha estoy viendo pasar un pensamiento super redondo y muy suave que dice que se va a zambullir un poco en el aroma a verano, en frente mía acaba de pasar otro pensamiento que parece ser de lija que raspa las baldosas al pasar y refunfuña constantemente, quejándose de este maldito calor, y por aquí anda otro pensamiento, y por ahí otro, y ay, miles de pensamientos se pasean a su gusto, dejándome a mí sin nada más que decir.

1 comentario:

Ágape dijo...

Me encanta el final :)

Mientras iba por la mitad-más o menos-se me ha venido a la cabeza una frase de aquella película infantil, Toy Story: "Hasta el infinito y más allá".