10 julio 2017

el naranja es eléctrico.
          el aire es el mero soplido de un muerto.
el trago de la fuente es de la fuente de tus sueños muertos,
pero el único trago en todo este desierto.
          la voz del silencio es un grito ahogado por una mano amiga.
con tus propios dedos te abres en canal y aparece lo que buscabas desde niño y no sabías qué es.
das otro trago y aparece la felicidad que no pudiste paladear ni en sueños.
música electrónica que fue al azar puesta por ti acompaña el trago
        y lo que realmente molesta es que haya alguien pensando en mi, preocupándose por mí.
lo que realmente molesta es que haya alguien que no deja que uno se consuma,
que haya alguien condenado a la gran ciudad rodeado de hombres de hierro que se derriten como cera,
lo que realmente molesta es que uno no sepa dónde ir si no es más allá de la propia destrucción
                                              y que haya alguien diciendo: todo irá bien.
que no me importa todo ese todo irá bien,
porque no hay nada que tenga que ir bien: se trata de que la hoja cae en otoño,
la nieve se derrite al comienzo de la primavera,
el pájaro busca su nido y recoge las ramas cuando hace buen tiempo para tenerlas cuando llegue el tiempo gélido
y lo que importa es que en la sangre ya no hay ni música
y lo que importa es que ya nada importa
y lo que importa es que hay cinco luces encendidas aún en mi bloque
y lo que importa aún es que esas cinco luces en realidad son ecos de una muerte ya pronunciada
y lo que realmente importa es que nada importe de todo esto.

el naranja es eléctrico.

es una luz tenue como una sangre opaca que quiere mezclarse con el río,
es como una boca pintada de insultos hacia uno mismo,
y ya no hay música eléctrica sino la botella
                    y la botella esconde el secreto que viene del mar
que sólo en mi garganta se podrá descifrar.

no-nada hay en la noche más que la rutina del sueño

que sabe que mañana será despertar.
                   yo, no sé, supongo que alguien dirá que importa todo lo que siento,
pero yo me siento bien viendo la luz naranja de máquina sangrante,
y no sé, supongo que a alguien le importa que quien sangre soy yo,
pero yo no quiero ni me importa importar a nadie
porque lo que realmente importa es que la botella está ya casi vacía
porque lo que realmente importa es que de golpe estoy viva
porque supongo que nada más importa.

aquí en este barrio uno sólo puede esperara la muerte lenta y metálica.

aquí en esta vida uno sólo puede dar otro trago de vino que es dar un trago a la vida
                     y sentir que sólo así uno no se ahoga en el desierto de lo imposible
y sentir que sólo así uno se salva en su propia destrucción.

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