02 julio 2013

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Intercalo sentimientos de odio con añoranzas interrumpidas de amor propio. Ahora que soy más fuerte y no me duele lo que no merece ni ser nombrado, ni ser siquiera odiado sino más bien despreciado con un desprecio fino y sutil, ahora siento que soy más libre. Intercalo sentimientos de libertad con momentos fugaces de tristeza, interrumpidos por la razón que me dicta que aquél que tanto daño me hizo no merece siquiera más que un recuerdo de ser recordado en la herida ya supurada que me creó. Y en esta inestabilidad sobre la cual muy poco a poco se va asentando una calma, intento mantenerme firme y engrandecer mi orgullo con la fortaleza de los días pasajeros.