11 septiembre 2012

I. 
hay un cuchillo y una huella en el suelo.
creo que antes me lo clavé en la faringe.
me había convertido en un huracán de súplicas,
en la constante repetición de vómitos de calendarios.
ahora un tubo se desangra bajo la tenue luz
de una máscara para adornar el tiempo,
y yo estoy cosiendo mis calcetines en el jardín.


II. 
no puedes entender mi dolor cuando me río,
no puedes entender mi felicidad al llorar,
la contraposición de ambos puntos que se encuentran
en el mismo argumento absurdo:
no hay limites entre lo imperceptible por ti y por mí.

no me importa que tú no me entiendas
mietras seas capaz de entenderte a ti.


III. 
antes me enfrentaba a mí misma cuando me miraba al espejo.
un día vi detrás del cristal una tipa leyendo recetas gastronómicas,
con anteojos de moda ya pasada,
y encontré bajo mi cama veneno.
entonces supe que debía cambiar algo.
ahora me llevo bien con mi reflejo,
y lo saludo siempre al llegar.
buenos días, le digo sonriendo,
y él me devuelve el saludo a escupitajos.
no hace falta decir más, yo creo.