14 agosto 2012

A ver, no sé. Mantequilla de cacahuetes, porcentaje alto en lípidos y conservantes. No me importa: sencillamente, no tengo mantequilla de cacahuetes, por lo tanto, no tiene ningún sentido plantearme siquiera la composición de tal alimento. Quizás lo haya puesto porque justamente hoy he visto un ''american supermarket'' en mi ciudad, y lo he asociado a eso de repente. O quizás lo haya nombrado porque no tengo ningún tema para escribir. La decadencia es ácido de batería: mira como te corroe las entrañas, nena, este líquido, esta hipnosis de reciclaje barato, todo forma parte de ti, pequeña prostituta del cosmos de terciopelo; cerveza en mano, estrellas fugaces, la madera crujiendo bajo tus pies mientras te acercas con una bandeja de melón cortado asimétricamente, olor a humedad bajo un cerezo, no se puede vivir así una eternidad: pero es dulce cuando es efímero. Porque, al fin y al cabo, el arenal cede, y luego la marea de la rutina acaba por enterrarte bajo su peso. No importa: en la nevera queda una lista de la compra de hace dos meses, recuerdo innecesario de ese día que no significó nada, pero que es mucho para mí, porque los cereales aún no han caducado. ¿Por qué quizás nunca fueron comprados? Nunca lo sabré, tal vez esa lista nunca fue escrita.