17 agosto 2012

CRISIS CRISIS CRISIS

no quiero saber nada de nada, 
no quiero saber nada de nadie,
tampoco que nadie sepa de mí,
por eso me ninguneo en este escrito,
me despedazo sin imaginación,
me escupo desde mi propia boca,
me abro el alma con una navaja,
solo por este instante
en el cual la lombriz asesina ha invadido mi cráneo.

a partir de ahora,
la función comienza,
pero no hay escenario,
deberé usar mi propio cuerpo
para alojar estos monstruos líricos.
no me funcionan bien los engranajes hoy,
es una especie de exceso de ingredientes caducados.

hablamos de que esto es un agujero negro,
una infección crónica de la sangre,
una úlcera que corrompe la carne,
hablamos de esta gran turbulencia,
de agua estancada en tus ojos,
de pozos llenos de orina,
de una red de muerte programada,
de tus manos atadas a una silla eléctrica,
de una neopurificación sórdida,
de un fast-food en la esquina de tu casa,
de una flema atragantando tu calendario.


una ráfaga de azufre me mata, me mata, me mata. es este este ciclo innecesario de muerte y resurrección, estos antídotos que se recogen en papeleras a rebosar de cajas de donuts con restos de crema derretidos por el calor. ya no me empastillo. ya no me tomo pastillas hace tiempo. es que dejé de tomarlas sin más. el señor p se enfadaría mucho conmigo, porque quizá nunca debí haberlo hecho así, de golpe.

de golpe aparecí muerta en un césped. no sé cómo sabía que estaba muerta, cuando supongo que un muerto ya no es consciente de lo que es. supongo que no lo estaba. era una mera sensación inesperada. como esto. esto que no sé qué es. esto.