02 junio 2012

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cruel destripamiento de la identidad,
la veo, la palpo:
intestinos abiertos y putrefactos
en una mañana de resaca:
hay que huir de estas hienas
que comen excrementos,
residuos de lo que fui un día:
¡polvo, miseria, nada!


¡amputadme los brazos!
¡arrancadme estas piernas!
no quiero sentir esta carne enferma.


quiero quedarme quieta
en este mi lecho.
envejecer viendo el tiempo acartonado
corriendo por las calles
persiguiendo alarmas de ambulancias,
coches de policía,
asesinos disparando saliva en versos.


gusanos invaden mis fosas nasales,
mi boca, mi tráquea,
dulce alimento de mi propia miseria.


el sueño exprime su pus sobre mi frente.
esta boca escupe serpientes
que se introducen en vaginas de evas moribundas
-en busca de manzanas que condenen
a una perpetua muerte en vida.


el funeral se teje como seda
bajo la mirada del dios-ese destino:
pastillas cónicas y restos
disolviéndose en el aire.


ya no sé qué hago
cuando ese veneno disfrazado de gloria,
de bailes, luces, risas,
llena mi sangre.
¡me robaron mi ser!
ya lo veo corriendo
desangrado lejos.
me río de él y él se ríe de mí:
pronto nos fundiremos en un ataúd
decorado con motivos navideños.


alcohol, veneno,
muerte disfrazada de botellas coloreadas.
¡la muerte!
dispara misiles en forma de gotas
que me ahogan
en vasos con restos de carmín.


¡disociación mortal!
¿acaso soy cuando soy esa otra,
cuando ese tóxico se mete en mis pulmones?
cuando la gota de la perdición se pega a mi lengua
se va mi yo corriendo,
se aísla en esa jaula para huir de mí.
¡matadme!


dejadme con mi dolor de escupitajo sanguinolento,
dejadme con mi mezcla de psicofármacos,
con reacciones químicas que se suceden fuera del entendimiento humano
(ese que hoy es un cadáver más
bajo mi cama)


libros que os abrís en mi mesa,
acudid a mi socorro
música, hila tú la cuerda que me levante a la realidad,
perdida yazco en una profundidad oceánica.


¡el amor! ¡el vino!
todo en esa copa tóxica.
¿qué es lo primero?
es lo segundo,
y eso muerte es.


fóllame bestia
fóllame nuevamente
-sólo tu miembro quiero en mí,
ya de ningún humano.
bestia que me atormentas
¡vuelve!
viólame, asesíname, entiérrame en tu rostro.


¡repugnancia de la carne ebria!
mátame,
clava ese puñal en mi oxidado pecho.
muero un poco:
este cuerpo se cae a jirones
en medio de un charco de miseria humana,
culpa, vergüenza y raíces
que se pudren en mis venas.


arroja algo de sal sobre estas heridas abiertas.
cierro los ojos, mejor.
que el sueño nunca deje de ser,
que siga latiendo en esta góndola 
sobre este río de ácido.


aleja esa copa de mí,
el cristal me desangra.