03 junio 2012

lo que soñé anoche.

anoche soñé que un hombre con papada y calvo me secuestraba en un autobús azul cuya matrícula recuerdo aún un poco: LRFK y luego seguía una secuencia de números que no recuerdo, a pesar de que ese sueño fue extremadamente realista. el autobús era azul pero debía ser rojo, porque yo cogía la línea 10 para ir a mi casa, y en mi ciudad los autobuses son rojos, pero este era azul y tenía aspecto de comunismo metálico sobre cuatro ruedas. cuando vi que me quería secuestrar, salté por la ventana y acabé en una base militar pidiendo ayuda, pero cuando llegamos el autobús arrancó y se fue cuesta abajo dejando atrás un sabor a neumático quemado. ¿como había llegado al bus? yo me había enamorado de un árbol y el árbol se había enamorado de mí. yo quería a toda costa hacerlo humano, lo intenté llorando sobre sus raíces porque había leído en alguna novela algo de eso, luego un fascista viejo me disparó porque quería jugar a los dardos encima del árbol y yo para protegerlo le dije que no disparara dardos sobre aquél árbol porque era el árbol de mi abuelo. pero el viejo me apartó, yo me resistí, le insulté llamándole facha de mierda y ante eso sacó una pistola y me pegó un tiro. luego fui con la sangre al árbol y empecé a restregar la sangre a ver si así se volvía humano, pues quería estar a toda costa estar con él, hacerlo humano. (ahora que he despertado me pregunto, ¿por qué mejor no buscaría el modo de ser yo árbol como él?) finalmente me rendí, pues me di cuenta de que no se podía hacer nada, y la mamá del árbol (que era humana como yo) consiguió hacer del árbol una hoja de papel y meterla en un baúl que me entregó, diciéndome: ''aquí tienes al amor eterno, todo tuyo'', pero yo me enfadé porque quería algo más que una hoja, así que tiré el baúl y luego dije oh dios mío qué he hecho, recogí el baúl y besé a mi hoja que iba a ser mi amor eterno. luego no sé qué pasó que me convertí en una especie de superhéroe del fuego o algo así, y acabé huyendo de no sé quién por ascensores que no funcionaban bien y finalmente en ese autobús azul que debía ser rojo porque quería coger la línea 10 para ir a mi casa. ahora estoy despierta tomándome el café, pero me siento muy extraña, creo que me he enamorado de verdad del árbol ese de mi sueño y creo que quiero soñar una eternidad para ver si me convierto en una hoja guardada en un baúl, también. no sé por qué tengo aún esa angustia post-onírica, lo que pasa es que últimamente sueño cosas muy reales y ya me empiezan a preocupar los despertares en los cuales me cuesta demasiado esfuerzo dilucidar entre sueño y realidad. bueno, empiezo a pensar que es mejor así, pues al fin y al cabo "la vida es sueño, y los sueños, sueños son".