21 mayo 2012

una vez.


una vez
amé un árbol,
pero me engañó
diciendo que sus ramas
iban a darme de comer
el fruto del paraíso.

luego lo podaron,
y ahora escribo sobre su cadáver:
celulosa de reciclaje moderno,
letras que huelen a podredumbre.

una vez
amé a un hombre
(que siempre amo),
pero se marchó
diciendo que me ama,
y ahora araño la pared de mi vagina
mientras voy en busca de un consuelo.

la calma ya se escapa de mis uñas
y planta su embrión caníbal en mis entrañas.
me encuentro algo mejor acompañada
de este cartón de vino con sabor a asfalto.

una vez
creí que tenía sombra,
pero hacía mucho que el sol huía de mí.
fui en busca de otra sombra,
pero lo único que encontré
fue una oferta de bazar de imitación barata.

tantas veces creí tener,
tantas veces creí que creo,

hoy ya me quedo con el sabor
de esta realidad de órganos inflados:
no tengo más que lo que siempre tuve,
tampoco necesito más.