17 mayo 2012

perro de mierda.

no pienso verter
ni una lágrima más
sobre un saco de basura.


el amor que me vendiste
es un envoltorio
de calorías vacías
con letras cursivas,
sin edulcorante siquiera.


el amor que me diste
del color de la orina 
se quema en el vertedero
junto a las promesas que me hiciste,
mientras yo, pobre ilusa,
golpeaba mi cabeza contra el destino.


escupo la bilis sobre la pared
y la veo caer con la gloria de lo libre.
Nos mataste al abrazar su cintura
y decir que la amas a ella por siempre.


(vomito sobre tus mentiras vulgares,
tus palabras vacías de amargado.
maldigo todos los versos que te escribí,
incluso estos de odio y despecho)


no he sabido parar a tiempo.
no he sabido protegerme,
abrí mi corazón y dejé que me lo envenenaran.


me arrancaste el corazón.
lo llenaste de clavos de óxido amargo,
y lo pusiste en el muro de tus victorias.
no soy trofeo de nadie
(mi corazón me pertenece,
ya le haré una cirugía de olvido,
ya extirparé el cáncer de su músculo,
ese tumor asesino que eres tú, maldito perro)


el odio desplaza al amor.
ya siento la rabia hirviendo en mi sangre.
me sale espuma por los dedos
y clavo mis uñas en la palma de mi mano:
¡libre! ahora que ya odio,
estoy más cerca de la indiferencia
y el perpetuo olvido.


preferiste a esa puta.
quédate con tu puta,
olvídame, jamás me tendrás,
y todo Eso que fue
se mezcla con la mierda de las moscas
que tú mismo enviaste a eyacular su tóxico
sobre mí.


¡se acabó por siempre!
quédate con esa zorra,
bésala cada noche,
cómele el coño,
clávale la verga hasta el fondo de la garganta,
golpéala, hunde tus garras en su pelo,
ámala como a nadie amaste.


prométele que es ella tu Sueño
-igual que me lo prometiste a mí, miserable,
toca sus pechos y adóralos como a dioses.
¡adiós!
me asquea tu imagen en mí,
¡perpetua mentira! ¡farsa que desmenuza la realidad!


dile que te proyectas con ella,
que es la única que te consuela
(desde mi puesto,
arrojo mis burlas e ironías ácidas)


-pues aunque me ames,
ya me perdiste, sí:
quédate llorándome el resto de tu vida,
no piensas que volveré más que para escupirte en el rostro.


los puñales que me clavaste
derramaron mis esperanzas.
mataste el amor,
cuando la mentira se posó como telaraña sobre mis párpados
y abrió mis ojos


¡perro mentiroso!


adiós,
preferiste la cobardía,
y ahora el odio se instala bajo mi piel.


¡no perdono!
no me arrastro más por nadie
¡cobarde, mentiroso, canalla!


no sé por qué
ocupo estas líneas
con residuos humanos
la miseria en su máxima expresión
(eso que ni siquiera es un hombre,
eso que es un infra-hombre, 
un ser inferior, 
una ameba rastrera, 
un asqueroso que ni lástima me inspira ya)


¿me amas?
comete este odio,
trágalo, digiérelo,
quédate con él
(es lo último que tendrás de mí
pues arrojarte al olvido quiero,
a esa esquina donde yacen tantas vergas
tanta palabrería y mentiras.
la misma mierda,
la rutina,
el protocolo de seducción.
¿amor? la vida y los pájaros,
y no tú, engendro que llegaste a mi vida
como un acontecimiento destructor,
como una bomba atómica innecesaria)


ya puedo volar, ¡sí!
sin más amor que el que tengo hacia la vida.


mataste aquéllo que fuimos,
tú mismo mataste el Amor,
y ahora yo lo entierro, despacito,
mientras planeo bailar sobre su tumba.


ya siento como te vas de mí
-sé que yo de ti aún no, 
pero eso pretendo.
sé feliz,
lleva a tus hijos al cinema,
regala a tu novia discos de letra ridícula,
compónle música,
blablablablabla.


acá me quedo yo,
en la hemorragia de mi despecho.
mañana estaré mejor,
cuando el tumor que es tu recuerdo
se extirpe por siempre de mí.