08 abril 2012

Me estoy tomando el café, y ya empiezo a sentirme un poco humana. Aún no despierto del todo, llevo una semana durmiéndome por la mañana y despertando a medio día. Las pocas horas de sueño se han acumulado y desearía dormir una eternidad. No tengo cabeza para gran cosa, ni quiero tenerla. Copa tras copa, y estas vacaciones han culminado como tenían que haberlo hecho: su carne desnuda rozándome, su olor sobre mi piel, correr(me) y salir de fiesta después, sin importarme más nada. Luego tabaco, más tabaco y gintonic, son mis vacaciones que acaban ya y nada importa, mis amigos junto a mí, el amor de mi vida siempre en mí, esto es lo que necesitaba. Y hoy voy a ir a patinar sobre el hielo: tengo ganas. A partir del martes, la responsabilidad volverá a apoderarse de mi rutina, y sé que todo esto cambiará. Estoy muy cansada, no soy capaz de escribir más nada. A lo mejor antes de dar a publicar borro esto. No sé por qué habría que hacerlo, aunque tampoco sé por qué no.