12 abril 2012

Bueno, basta ya, todo esto ha sido pura palabrería. Me he cansado. Quizás deba resignarme a ser piedra. Vislumbro un trabajo con un sueldo que me alegre. Vislumbro un piso modesto con vistas al centro de la ciudad. Un perro y plantas para cuidar. Un novio trajeado que me saca a cenar todas las noches en restaurantes, con fruta de temporada de postre. Siempre de temporada. Quizás en verano viajes al ombligo del mundo, al cielo o al infierno si hace falta. Vislumbro que mis deseos están contaminados por las limitaciones sociales. Empiezo a asustarme de mí misma, conforme voy creciendo y aprendo más a ser mundo, a que formo parte de él inevitablemente y que es ridículo plantearse siquiera cambiar nada. No, estoy cayendo en el error que tanto critico. Propaganda masiva de publicidad de colonias en las fechas de Navidad. Ahora, llega el verano: plan de adelgazamiento. Adelgaza cinco kilos en una semana. Llama ahora y recibirás de regalo un cinturón que quema grasa. Compra, comprar te hace más atractivo, comprar te hace ser más querido, comprar te hace más feliz. Sé parte de la sociedad del consumo, mires a donde mires, no puedes escapar. Publicidad por doquier. Empresas que estafan a ilusos que se arrojan desesperadamente en cualquier oferta de esquina de periódico. Llamadas de cambio de compañía telefónica. La misma voz de ayer, la misma voz a la que le dijiste que no te interesa nada, pero piensas, él debe comer su pan igual que yo, mientras le cuelgas y vuelves al mundo. Me debo resignar, quizás, a que esos peces gordos me manejen como les de la gana. Que me sienta violada cada noche al acostarme cuando veo que me extirpan la libertad de lo más hondo de mí: como a ti. Lo veo todos los días, lo siento en mis carnes, me siento esclava de mí misma y siento que soy yo misma quien se esclaviza día a día por seguir en la misma rutina de conformidad. Quejas en tertulias de radio, debates anti y pro, ideologías de necesidades absurdas, caras que cansan en pantallas LCD, voces que son ya conocidas, promesas, justificaciones ante este asesinato masivo de derechos, todos asistimos como manadas, ah sí, esto es necesario. ¿Por qué? Porque. Es necesario, porque estamos en la ruina, y la mejor manera de salir de la ruina es callar, bajar la cabeza, si nos hemos metido nosotros mismos en la ruina, dejemos que esos otros nos saquen.

Tú sigue con tu vida. Levántate por la mañana. Disfruta de ese café, no hagas nada, quédate donde estás, mira como desahucian a tu vecino, ay pobre, ojalá no me toque a mí, un poco de altruismo untado en una tostada que se queda a medio comer, porque lo que muerdes, lo escupes. Que me baño en una hipocresía moderna, que la maldad humana lleva máscaras de última generación, bótox, inyecciones de colágeno, papel crepé de árboles amazónicos. Este es el sistema, la debilidad de unos hace la fuerza de otros, explotemos los recursos, nos estamos cargando el planeta, ¿acaso importa? Sigue haciéndolo, todos lo hacemos, ¿qué importa el mañana si nuestra generación, ahora, estamos tan a gusto? Qué importa suicidarnos colectivamente día a día si a cambio recibimos varias opciones de color de un mismo modelo, menús diferentes, rebajas en invierno, rebajas en verano, estrenos de películas de acción, concursos televisivos, chicles de sabores, camisas que nunca se arrugan, novios cibernáuticos, amores de ficción, robots que limpian nuestra cocina, zapatos antiadherentes, aspirinas en polvo, cigarros eléctricos, 2x1 en gafas, drogas sintéticas, pornografía virtual, pintalabios permanentes, cacao en polvo, nuevas carreras universitarias, descuento en hoteles, inciensos de la India, preservativos de sabores, ambientadores para el coche, mascotas robots, fútbol los domingos, parafina que adelgaza, coches híbridos, conciertos al aire libre, antidepresivos, chiringuitos en la playa, tenis televisado en directo, cerveza una tarde de verano, gran hermano, palomitas de mantequilla, blablablablablablabla ¿Qué importa nada? Cuando la comodidad nos enjuaga en la pereza…

Los suicidios crecen. A nadie le importa. Tantas familias quebradas por una misma insensatez. Que nos están acortando las libertades los gobiernos, pero los seguimos votando. Ah, sí, hay que votar a A y B, sabemos que es la misma basura, pero como A nos tiró al pozo, por lógica, B nos sacará. Que la lógica que usamos cada día nos está llevando a la ruina y esto no tiene ningún sentido si no paramos ahora la línea homicida que se está trazando en nuestra historia. Bipartidismo feroz: nosotros somos la pelota que ellos se pasan de legislación en legislación. Somos mero instrumento sin más fuerza que la del voto. ¡Democracia! Hay que volver a agitar el círculo de la memoria, el cambio está aquí, lo estamos palpando realmente, pero nos asusta y nos hemos acomodado demasiado a esto. Eso nos han hecho ver y ¡demonios! Así es. Portátiles que permiten conectarse con la otra esquina del mundo en cualquier momento. Wifi y portabilidad gratuita. Nos ofrecen comodidades para callar, como perros hambrientos sumisos que no se atreven ya a ladrar cuando se les arroja un hueso. No estamos siendo conscientes de que podemos crear verdaderas redes que nos saquen a flote de este naufragio. Facebook, twitter,blaefskfjl, algo-que-entretenga.com en vez de usarlo como puente para construir nuestra salvación. Tú ahí a mil kilómetros de mí, qué me importa, me lees y me entiendes, pero: vuelve a la comodidad. Y. Callemos como carne podrida, en vez de extender este Nos y plantarlo como semilla en nuestra realidad social, regarlo todos los días con cambios y por fin conseguir quitar las malas hierbas.

Pero: come, perro, muerde tus propias costillas, aliméntate de tu libertad y luego deja que te devoren esos lobos.

Mis dedos también están corroídos por el ácido de la hipocresía. Oh, dios, este mundo que es ese gran pulpo asesino me está clavando sus tentáculos por todo el cuerpo, es terrible. Soy parte de todo esto, me tengo que ir a clase, anoche tomé demasiado café, me dormí demasiado tarde, somos botones de una maquinara viscosa, es jueves, pastillas amarillas, edulcorantes para el café, adiós, empieza nuevamente el estupor diario, este es un día más para morir.