blablabla

hoy participé en un concurso de aviones, gané, me premiaron con una bala en la cabeza, morí, fui al infierno, me encontré con elvis presley, fumamos juntos, luego subimos las escaleras hacia el cielo, nos aburrimos, bajamos nuevamente, luego desperté, era verano, estaba en un campo lleno de culebras de regaliz que iban trepando por mi vestido, soplaba el viento, olía a caca de vaca, era un lunes, mañana iba a ser un domingo, el tiempo se había vuelto del revés, estaba decreciendo, pero mis ojos se habían separado del resto de mi cráneo, el cual tenía piernas, salía a bailar, bebía y reía, ligaba y lloraba, luego volvía embarazado y me pedía perdón, luego me dormí, cambié el reloj y lo atrasé sesenta mil milenios, volví a la era de los dinosaurios, encontré un dinosaurio amarillo, me hice su amiga, lo adopté de mascota, lo usaba cual dragón, subía a su lomo y me llevaba a dar paseos por las nubes, luego me harté de él, volví al presente, me encontré a mí misma en mi casa, en realidad no era yo, sino el yo que se había quedado en el presente mientras mi verdadero yo estaba por ahí de espacio en espacio, de tiempo en tiempo, brincando cual canica, y al encontrarme a mi yo me asusté un poco, mi yo se asustó de mí, me dijo vuélvete al espejo, o dame la caja de farmacia imaginaria que empiezo a delirar, agarra una pastilla y pégamela a la lengua, haz como que es sal creciendo en una herida, le dije no te asustes, que hoy es viernes, las cosas siguen aquí, el mueble sigue arrastrando el mismo peso de libros ya caducos, ahora tú saldrás, mañana será sábado y podrás volver a viajar a donde a ti más te guste, luego coger un avión, cambiarte de trópico, acariciarte el clítoris con una flor y hacer como que nada ha pasado.