03 noviembre 2010

Tenerte junto a mí es como respirar toda la felicidad en los pulmones, y retengo en mi pecho tu presencia para que cuando no estés, respire nuevamente y aparezcas a mi lado envuelta en un vapor que me embriaga. Se me inundan los poros de una extraña melancolía cuando te pienso, y de repente, apareces aquí a mi lado, sentada en mi cama, durmiendo junto a mí, y extiendo los brazos y te abarco el cuerpo entero, y siento que floto junto a ti, que tus caderas me llevan a otra realidad distinta a esta, rodeada de abismos que me hacen temblar. Tu existencia me eleva a otro infinito distinto al mío. Más infinito aún, más lejos, mucho más lejos. Cuando no estás, sigues estando conmigo, en un universo paralelo a este, lejos de este vértigo enfermo que es el mundo.

Por ti, detendría el resorte entero de la humanidad.

Te amo, Sigrid, te amo.