01 noviembre 2010

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Hoy me he sentido desesperadamente triste, y quise tirarme al vacío, pero al estirar los brazos me cayó una maceta llena de tierra en las manos. Escarbé y encontré un pequeño cuaderno de notas que al abrir, dejó escapar una realidad totalmente desesperanzadora, y entonces, decidí enterrarme en su lugar y sustituir mi yo físico por esa realidad de papel que había salido hacia fuera en forma de pequeñas letras evaporadas. Ahora sé que pronto me invadirá el frío, y que acabaré emergiendo de debajo del barro como una flor marchita a punto de caer al vacío sin ser salvada por ningún pretexto. No estoy bien. Pero al menos ahora mi yo es etéreo.