23 mayo 2010

a mí nadie me humilla, excepto yo misma.

está lloviendo, después de todo. pronto el sol se ocultará. mi corazón está destrozado, pero la rabia va sustituyendo poco a poco el amor que sentía por ti. rabia y lástima. me llenas de sustancias que corroen. ya es el fin, máquina insensible de engendrar desprecio.

tu ser no es más que una mancha oxidada. deberías no haber sido nunca, en ese caso, no habrías tenido que sufrir ese algo que es terrible a mi gusto: tú mismo. quizás te ahorrarías más disgustos.

estoy cansada de intentar suicidarme por un imbécil como tú.

voy a masturbarme con un cactus, me dará más gusto.

a mí nadie me humilla, excepto yo misma.