18 octubre 2009

Bailas desnuda en la cima de un árbol, y has llegado hasta ahí porque el humo de una shisha te ató a las muñecas y te fue arrastrando poco a poco hasta llegar en lo alto de donde querías tú estar (aunque acabaste en un árbol, y no era en un árbol donde en un principio querías estar; en un principio, sólo en un principio.) Y mientras escuchas a lo lejos como ladra una música que sale de un incienso sabor indú, te preguntas si lo que hay en tu boca ahora mismo es tu lengua, o la lengua de quien te dejaste atrás persiguiéndote con los ojos mientras huías de nadie. Estás rumiando un silencio que pronto desencadenará una guerra, aunque tú no serás parte de ella, sino que la verás fluir. Duele el labio inferior, y entre sus grietas florece un nuevo mundo, y tú estás aquí, en todo esto, y tú eres el mundo, que soy yo.

1 comentario:

CONCIENCIA dijo...

que dramático comparable hasta decir que se trata de una cometa.