01 mayo 2009

has encerrado en tu jaula que es tu cuerpo
-o en tu cuerpo que es tu jaula-
el invierno en forma de insecto carnívoro
que cada noche, como consuelo,
se va alimentando de tí.

floreces como una melodía detrás de mis membranas
y en cada mármol de cada lápida de cada tumba de mí,
tú que en tus cabellos tienes caballos
que trotan en mis cisuras calcarinas,
tú que eres esa loba que me ha criado
lejos del mundo, detrás de sus cortinas,
tú ahora con tu voz de grave arcilla
me taladras la bolsa estomacal,
podrías ya olvidarte de que existo,
podrías desprenderte de aquí.