hoy

una sorpresa al levantarme: entre mis sábanas yacía yo durmiendo como si recién me acabara de dormir o sea en realidad solo dormía mi cuerpo y sólo soñaba yo. y ahí abandoné mi cuerpo pero me pregunté que si mi cuerpo estaba ahí durmiendo entonces qué sería yo, en qué se sostendrían mis huesos, si en la noche me habría bipartido sin saberlo o qué. me dirigí hacia el espejo, y en mi camino el aire se abría como un abanico y dejaba entrever aquéllo que sabía que iba a ser una aventura, el cielo iba palpándose con el aliento y sentía en la lengua el tacto de un sonido algo esponjoso, y al mirarme al espejo, sentí el estertor de las nubes, algo así como un trueno que se deslizó bajo mis pies, entonces tuve que cerrar los ojos un instante y al abrirlos luego me encontré con un blanco sin pudor que había desnudado un campo entero, y ahí estaba la vida de pie como un espantapájaros pasmado y sonriente con un rastrillo en las manos. decía ella que andaba recogiendo las hojas muertas del invierno y que aquéllo no le pertenecía a la muerte porque la muerte había dimitido y se había marchado lejos, decía ella que de vacaciones, había cogido un vuelo hacia no sé qué destino. luego de repente me acordé de que mi cuerpo estaba sólo durmiendo y decidí volverme a mí y al despertarme nuevamente y al mirar las sábanas ya no veía nada, se había acabado el sueño. luego salí a la calle y me encontré un día maravilloso. en los días maravillosos la gente es feliz y todos juntos nos levantamos del suelo como una columna de palabras y formamos como un diccionario de contacto que al abrirlo por cualquier página puedes encontrarte unas mismas palabras, hasta luego, vuelva pronto. salí del metro con el sol pegándome en la cara y robándome a escondidas cualquier tristeza que pudiera despegarse de los ojos y entorpecer mis pasos. llegué a la escuela y me marché, adiós, hasta el próximo año escuela, me fui luego a casa donde abrí una lata de melocotones en almíbar y me la comí, luego soñé un poco despierta y hace allá como media hora me desenamoré por completo. puedo decir que he vuelto a formar parte de ese montón de singularidades que no sienten nada pero quieren sentir sin sufrir. me siento libre y estoy oyendo the shins y me siento muy feliz así.

The Shins - Australia.mp3