hoy es navidad. soy feliz y estoy oyendo música alegre, como frank hoier y shelley short, canciones tan lindas que me envuelven en una espiral y de repente me parece tan maravilloso todo esto. hoy el cielo se arrancó de la primavera para posarse en el invierno y brilla el sol enseñando sus dientes de lija pulida, el frío parece acariciar las piedras tan dulcemente y el tiempo se mide a carcajadas. anoche mandé una sonrisa en un sobre, la tiré al viento que es mi cartero favorito para que se la llevara para allá, y me quedé viendo en la ventana para seguir su rumbo hasta que se cayó a la puerta de una galaxia que se alegró tanto al verla que empezó a llorar de felicidad, lloraba estrellas, lágrimas que se esforzaban por quebrarse en sus mejillas, lágrimas de madera florida, lágrimas de relámpago. entonces la sonrisa salió del sobre y se confundió con el infinito y una nueva constelación brotó del sobre y me sonrió desde arriba y me hizo tan feliz. ahora sé qué hacer para eternizar mi alegría, mandarla al viento que la convierta en estrellas y así me brilla siempre que estoy triste y me devuelve con su brillo mi sonrisa reservada para los días grises. me siento bien y voy a ver los simpson. ver los simpson es una de esas cosas que llevo haciendo desde hace seis años pero aún así no me canso de hacerlo aunque siempre repitan los mismos capítulos. tengo mucho que estudiar y odio la facu y odio el álgebra lineal. quiero volver a ser niña pequeña y jugar al escondite. ojalá las personas respetasen más a los animales, me da mucha tristeza ver cómo alguna gente compra perritos y gatos en vez de adoptarlos o los regala por navidad a gente que no ama los animales y luego los deja. ojalá todos hicieramos algo más por ayudarlos porque ellos son tan indefensos, además podemos hacerlo.