12 noviembre 2008

what goes on

cada día me cuesta más escribir algo y no sé si lo hago por costumbre o por qué será, no sé, creo que es algo ya rutinario y casi una obligación interna. debería estarme aprendiendo los espacios euclídeos que creo que hasta me están ayudando a dejar de odiar el álgebra lineal. sí, debería, debería es un verbo que siempre lo suelo usar porque en momentos como estos en los que ando perdiendo el tiempo es la única palabra que se me ocurre teclear para excusarme y a la vez obligarme a dejarlo. debería estar derivando y maldiciendo las integrales como siempre, ya que ahora que va siendo hora de aprenderlas de una vez por todas, aunque con cierto retraso, pues me provocan náuseas y escalofríos, pero yo en cambio prefiero quedarme aquí con los riñones fríos y con los dedos casi inmovilizados por el frío, tengo pereza hasta de cerrar la ventana y con la televisión encendida en un programa estúpido. hoy en el tren tenía la necesidad de congelar todos los relojes del mundo. como hacía frío afuera y adentro hacía calor estaba el cristal empapado de vapor y me relajé dibujando nubes y flores. el cantante de saxofón que siempre está en la escalera de ida hacia el metro siempre toca la misma canción. pero hoy la cambió y tocó una diferente. siempre que paso por su lado parece que dejo de caminar y vuelo al ritmo de su música. el cantante de saxofón de la entrada al metro al igual que el violonista de la salida del metro hacia la universidad aparentan tanta tristeza y a la vez una felicidad insuperable, en el fondo los envidio por tener tanta perseverancia. yo aún no me responsabilizo con mi nueva vida, no me acostumbro a ello. tengo muchas razones para estar alegre. podría numerarlas con guiones una tras otra
-hoy es miércoles.
-sólo quedan dos días para viernes.
-los viernes no son días nada especiales, pero son mejores que los jueves que a su vez son mejores que los miércoles que a su vez son mejores que los martes que a su vez son mejores que los lunes que a su vez son mejores que los domingos que son los peores del todo.
-hoy no tuve que ver la cara de amargada a la profesora de inglés para la aeronáutica.
-no tengo por que estar haciendo esto.

la gata está sentada en la mesa aquí al lado y se está lavando. de vez en cuando me dice miau, y yo no sé qué decirle, en verdad que me encantaría aprender el idioma de los gatos para poder entenderlos.

anoche me enamoré en sueños de un chico de la u al que sólo veo los sábados en clases de física y ocasionalmente por la escuela. el otro día me lo encontré en la puerta del aula de informática y sentí algo raro por él. bueno, cada uno tiene su propio drama, supongo.