13 noviembre 2008

no puede haber título alguno para este post

yo no quiero tener consciencia sobre la vida. todos tienen una consciencia obligada, como si fuera necesario comprender el sentido de todo, acatar sin rechistar el haber sido expulsados a la vida sin que nadie nos lo haya preguntado antes, aceptar el destino como tal, existir del todo para vivir, cuando en realidad se tiene una consciencia para padecer mejor la vida. quien no necesite nunca autoextirparse de este mundo es que siempre ha sido un completo imbécil, que siempre ha vivido de una ilusión barata. para qué mentir, me caen mal las personas felices, tan tristemente felices, tan felizmente tristes, yo no comparto con ellos nada y sin embargo los envidio. me caigo mal a mí misma por no ser también felíz en este momento, pero yo no puedo hacer nada por cambiarlo. a veces cuando me siento bien desearía estancarme en ese sentimiento. tengo dieciocho años y me siento como una pasa arrugada; tengo constancia de haberme evaporado hace ya años. me da rabia estar mal y que en el mp3 se sucedan una tras otra sólo canciones alegres. parece que hasta la música, mi siempre compañera, se ha puesto a conspirar hoy en mi contra. sufrir es algo natural, como respirar o envejecer. soy una persona triste en todos los aspectos, y esto ya no me desagrada, por el contrario. qué más da que sea egoísta o no, me martirizo sin esperar nada a cambio, es algo demasiado mío y quejarme no significa no sufrir el dolor ajeno. vivir sin sufrir es algo antinatural, es aburrirse de la vida y no vivir del todo, no vivir realmente, morirse sin probar antes el verdadero sabor de nuestra existencia, vivir de manera superflua. el dolor propio, aquél plegado a nuestro fuero más interno, no es nada contagioso con lo ajeno, es transparente y quizá sólo consiga cosechar en los demás algo de indiferencia que finalmente se acaba disipando por pura inercia. yo no quiero causar lástima, ni tan siquiera a mí misma, qué error tan nefasto sería eso, porque eso es otra cosa de imbéciles. provocar lástima o provocarse lástima a posta es de imbéciles, pero es doblemente imbécil quien siente lástima hacia personas así, o quien siente su propia lástima causada con ese propósito de autocompadecerse. yo no quiero ser tan imbécil. pensarnos como despojos arrojados a un mundo sin perdón y sin piedad nos puede ayudar a conllevar mejor el fracaso del día al día. nos puede ayudar a sufrirnos de manera más sutil, más resignada, más dulce.