14 noviembre 2008

girl

a veces desearía no ser yo, sino una pendeja adolescente sin neuronas que se pasa los días sacando a relucir sus encantos en fotologs o cosas así, me gustaría ser rubia, 90-60-90, calzar tacones y no tener ni un milímetro de pancita, una de esas chicas que se pasan la vida maquillándose y hablando de moda y chicos y sintiéndose muy out por desayunar cereales light, o por ser bonitas, tener un novio gánster y una sesión de bronceado láser una vez al mes y cuya única preocupación es que no les salgan arrugas. al menos esas tipas se deben de sentir bien con sus vidas. quisiera ver qué se siente al ser tan superficial. al menos ellas no son tan estúpidas como para darse cuenta a cada instante de que ya de por sí se es un accidente abocado a la fatalidad, al menos ellas son felices teniendo esa vida tan anodina (a mi parecer) pero tan satisfactoria para ellas. ellas no se la pasan pensando en cosas así, ni ellas ni nadie, y hoy me he dado cuenta de que quizá sea yo la única idiota de este planeta que se pase los días amargándose pensando en lo inútil que es nuestra vida aquí y en el sinsentido de todo, moliendo las penas una y otra vez y mezclándolas con el aire que respiro. de vez en cuando me intento arrancar mis propias ideas de la mente porque pretendo que no me hagan pensar esa clase de cosas que me llevan a la desesperación extrema. pero es imposible. siempre acabo acelerando mi agotamiento existencial. ay. qué digo, no quiero ser ni rubia ni niguna chica de esas off o lo que sean. quiero ser yo pero sin sentir estas cosas.

lo que no me gusta de las manifestaciones es que digan rimas sin sentido o que digan cosas que nada tienen que ver con lo que nos estamos manifestando. ayer fue la primera vez que fui a una manifestación en contra de los putos de bolonia que quieren poner nuestro futuro en manos de las grandes empresas para que estas se beneficien de nosotros a su antojo, entre otras cosas. y desde acá digo que todos deberían manifestarse en contra de esta política neoliberal que nos gobierna y que trata de subyugarnos. me sentí como rara, como si por primera vez en mucho tiempo estuviera poniendo en práctica mis pensamientos. me enamoré unas cuatro veces, pero luego a la vuelta me caí desde lo alto de esa emoción que a lo largo de la mañana me había mantenido despierta y sentí que me quebré por dentro. ahora, los sentimientos de no tristeza se mezclan con los de tristeza, (quité la palabra felicidad de mi diccionario) y me siento extraña. el cielo es más azul que nunca, estiro las piernas y me relajo, pensando en que así sola, como estoy y siempre estaré, y como me siento, estoy consiguiendo sobrevivir.

a veces me da por pensar en que algún día todo esto cambiará, no sé.