08 noviembre 2008

allá hay un destello plateado
arrancado del cristal de mis asombros.
no era yo-tampoco tú, sombra de mí,
ninguna de los dos podía verlo,
y ahora nos cruzamos las miradas
en zigzagueantes guerras
que nos atrapan con sus telarañas,
que nos fusilan con sus sílabas.
entonces- no ahora,
podíamos morirnos

sin esperar nada a cambio.
ahora- no entonces
la muerte me devuelve el aliento
al borde del abismo.
tú-y sólo tú-
muerte impar y solitaria,
podrás curarme las heridas
que dejaron los escombros
de estos huesos ya molidos,
este torrente de angustias
que acabará por demolerme entera.


no tengo más tentación por demorarme en el presente,
por devorar el presente,
por agitarme aquí,
como esa cuerda del tiempo
que no cesa de golpearme,
como esa muerte que me abraza,
muerte vacía, muerte de lodo,
muerte de muerte vulgar,
tú-y sólo tú,
muerte nacida de la vida muerta,
puedes llenarme de vida
al pasar entre las columnas
de estos frágiles años.

pero aún no estás aquí.