23 septiembre 2008

gravedad gravedad gravedad gravedad gravedad

una sucesión creciente de gravedades que quieren saltar de la pantalla y deslizarse como gotas por el techo en busca de moscas para comer (gravedad es una palabra come-moscas). he empezado mis estudios. oh, la seriedad es contraproducente. esta vez no. me gusta lo que hago y pronto diseñaré aviones. por eso he de ser continua y seria, claro, claro. mira, en esta biblioteca, hay un hombre a mi lado que está hablando sólo, y me da por hablar también sóla, así le acompañaré en su habladura solitaria. pero entonces nuestras palabras se cruzarían y dejaríamos de hablar sólos para hablarnos recíprocamente sin comunicarnos realmente, sólo nuestras sílabas se mezclarían entre sí para formar cosas. ruidos. y eso sería catastrófico, porque lo anterior escrito se borraría a sí mismo por volverse mentira. otra mujer tararea a mi izquierda. qué bonita es la vida. o la pseudovida que nos tiene a todos enganchados. me voy a estudiar. la percha del armario ha salido corriendo a tomar un café de madrugada con un poeta de no sé qué lugar extraño y a hablar sobre teatro allá, abajo, en esa esquina. no pretendo querer decir nada.

gravedad gravedad gravedad gravedad gravedad

¿cómo sería tirarse en paracaídas sin gravedad? me pica el paladar. voy a pedir un deseo: que nieva, que se ponga a nevar esta noche, que mañana amanezca el cielo de harina y que todo huela a hielo. no, mejor no deseo nada.

gravedad...oh, gravedad.

me duele un sueño.