21 julio 2008

empaño el cristal de la ventana y dibujo corazones con los dedos. luego árboles con ramas de las que cuelgan lágrimas que abren sus muslos ante la promiscuidad de mi vida. luego dibujo fósfororos que encienden los senos de la luna y me dibujo a mí, desnuda frente a mí misma. luego dibujo una estrella que tiene unas raíces que atraviesan mis pupilas y se adhieren a mi corazón. como una pegatina de esas de superhéroes o cosas así que teníamos todos cuando éramos pequeños. un túnel de cientos y miles kilómetros une mi mirada con el infinito y sueño, sin más. estoy tan viva. me despierto a las seis de la mañana, relleno unos impresos, firmo, entro en una sala con bancos de plastilina y tablones de anuncios de miles de colores, anuncios sobre ofertas de viaje a la luna y venta de apuntes de álgebra lineal del curso anterior. pego fotografías y sigo rellenando unas hojas naranjas que huelen a gasolineras, a revistas de televisión, a silicona, a envoltorios de pastillas antidepresivas, a agresividad, a horóscopos, a ruedas de neumáticos, a comida china, a rutina, a desierto, a nada. espero de pie frente a una ventana, sobre la cual un insecto se desliza como una anaconda que poco a poco devora mis pensamientos, enjuagándolos con el néctar de la incertidumbre, del no sé qué. mira, ahí hay un helicóptero en la azotea. y un payaso haciendo gárgaras con whisky, y un ministro bailando claqué, y una abeja vestida de jirafa, y un alemán hablando en japonés con una japonesa que habla alemán. me siento, me levanto y doy vueltas. vueltas, vueltas y más vueltas. estoy en una noria que hace un ruido extraño al girar, como gaviota herida bajo las fauces de un reptil con cuernos, algo así como gsh, gsh, como un tobogán moribundo, no sé. y huele a futuro. soy yo la que da vueltas, no el mundo. en el sentido contrario a las agujas del reloj y a cien mil revoluciones por minuto. me llaman por mi nombre. -¿silvia? sí, soy yo. -pues tienes que firmar acá, acá, y acá. ya es usted ingeniera aeronáutica en aeronavegación. ah, vale, hasta luego. no me gusta mi carrera, no me gusta lo que estudiaré. vuelvo a casa y salgo. estoy frente a la pantalla de un ordenador estúpido en un cyber ridículo a las afueras de madrid. y el encargado es un hombre francés con bigotes y barbas y gafas que tiene cara de actor. un cyber que sabe a café y que tiene teclados horribles. como dientes de dinosaurios, como pezuñas de cocodrilo, como nubes de etanol, como cualquier cosa incómoda rectangular. le queda poco tiempo, parpadea con letras verdes fosforescentes. en mayúscula. estoy edificándome con la arcilla de mis anhelos. quiero, quiero y quiero. lo siento, no tengo tiempo.

vivan, vivan, vivan sus vidas como si fuesen a dejar de existir en una fracción de segundo, como si el cielo nos fuese a despedazar nuestro cuerpo mañana, como si nos fuésemos a caer en un pantano. qué se yo. que les vaya bien. rima, buscaré una rima que rime con rima. no puedo hacer rimas. adiós, adoro los lunes. en una semana me voy a unos tres mil kilómetros de madrid. adiós, adiós. sean felices.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

mmm... yo adoro los viernes jajaja.
Es triste que no te guste tu carrera, pero me alegra ver tu mensaje de que hay que vivir como si hoy fuera el ultimo dia, si todos vivieramos los dias asi,este mundo seria otra cosa.
Un beso Silvia!!
ann.

Anónimo dijo...

Espero que el comentario versara irónicamente en mis pseudo aptitudes, y sobretodo en publicar. Cuando acá es imposible.

En todo caso me resisto, también.

Acerca de tu texto: Me gustó, como varios, pero este me pareció más fuido que otros, como un cuento sin final. O como un poema en prosa. Híbrido como la ciudad, Santiago, Madrid; los zombies que la transitan tanteando sus paredes milenarias, borrando el vestigio de antiguas culturas.

Nada perdura

Unknown dijo...

besos!!!!

Anónimo dijo...

solo queria pasar a saludarte, no te he leido, siempre ando de prisa ahora por internet que raro, nada de tiempo libre...

briones dijo...

jajaja....siempre encontramos detalles que nos dan gusto por alguna cosa, ya veras que encontraras algo en tu carrera


pues buen viaje!


saludos
besos ingeniosos

Ladrón de mandarinas dijo...

Hay quien quiere viajar fuera de Madriz y otros como yo que hacen por ir allí cuanto antes, a pesar de detestar las grandes ciudades, y pasar el máximo tiempo posible regando palmeras y dibujando caracoles en servilletas de papel; así como adiós y hola otra vez a las ilusiones por vivir, vivir y morir de vivir... si es que esto tiene más sentido que la escritura automática verde-rosa a la que me recordó tu bonito e interesante texto.

JP Cruces dijo...

me gusta, es tan onírico todo.
es raro pero creo haber tenido un dejavú.

Anónimo dijo...

¿pero tú no ibas pa psiquiatra?, recapacita y piensa en la cantidad de locos que hace falta para fabricar algo que vuele. Saludos