Rue de cascades

Me convierto en el balanceo de un devenir plástico que estalla en metáforas descoloridas sobre los átomos del silencio.Cuerpos geométricos bailan solitarios mientras gacelas excitadas ronronean en las jaulas unísonas del viento.Cascadas de azufre chispean entre mis párpados,gritos monótonos se deshacen en el aire turbio.El cosquilleo de lo no palpable va cosiendo en mi nuca pequeñas columnas agrietadas,el murmullo de trenes eternos cruje en mis pulmones,arrecifes de versos jamás acariciados van esculpiendo el sinsabor de la infinita existencia sobre el agitado latido de mis respiros,sobre el óxido que serpentea entre los poros de mi piel.Olores mates pulen las calles de mi mente,mi cuerpo se esfuma entre ásperos relámpagos que vagabundean entre los trastos de mi ser,sonámbulos,vacíos,cargados de sueños,de nada.Caen lentamente menhires salados sobre la intermitencia de mi estómago.Barcos de piedra van deshilando sus hálitos sobre mi médula,mientras la vida sigue gangrenando los pasos efímeros de mi cuerpo,un devenir,encorvado.Se arquean las pupilas de mi corazón en mi vientre,mientras escucho los ladridos del tiempo rasgando los pliegues de las opacas marcas de mi sombra elástica.Se difumina el azufre de los huesos del perpetuo día sobre mis rodillas,sonámbulas bajo el resplandor rosado de mis labios,bajo la saliva del no saber,de la existencia arrugada de mi piel.Los días devoran los cuerpos de mis palabras,minuciosos,muertos,caen,se desprenden de mi garganta,despedazando el sabor a lejanía de mi paladar,lejanía que palpita sobre los jueves y miércoles que han marchitado sus carnes sobre la soledad de la conciencia,del recuerdo.Acordeones resuenan,piélagos llaman hambrientos,sedientos de músicas que retumben,mares de gacelas maúllan saboreando la tenacidad de mis manos,vías llenas de crujientes pasos vociferan bajo el resplandor anaranjado del cielo,de la nada.Mi cuerpo se transforma en nada,la nada de un pálido día enjaulado en el esófago grasiento de un porvenir jamás llegado,que envejece en la inspidez de las palabras.

Los días saben a nada.La nada sabe a días.

A veces me pregunto cuándo dejaré de existir.

Jamás,algún día.