Veinte días sin sueño.
La plaza se llena de esqueletos que barren los excrementos de los fines de semana.Los coches se desnudan sobre de mi piel,mientras unos fantasmas se ríen de mí debajo de la cama,tambaleándose en los ruidos palpables de la plastilina del día.Qué lágrimas,qué fervor,qué espasmódica esta noche oblicua que musita entre las esquinas de mi cuerpo.Alergia a los porvenires noctámbulos que serpentean entre mis sábanas febriles,miedo al ronroneo de los sueños.
Ganas de hacer el amor con Morfeo.Los pianos susurran melancólicamente entre las cortinas blanquecinas de mi habitación estrellada,cohetes,pancartas,meteoritos se anidan entre los pedestales de mi cama.Rugen las neuronas,el azufre de color azul inunda los poros del no sé qué de un titiritero que abraza despacio los gestos triangulares de mis pies arrugados.Los astronautas volvieron a mí.Fuera,el sol sigue vibrando.
Payasos son días de martes,martes son días sin sueño.
Hemoglobina.
Los ojos chirrian porque las flores de plástico rasgan sus muecas estridentes sobre mí,y los párpados y la piel se vuelven carmesí,como el olfato del no saber.Bananas agudas entrelazan sus pechos entre mis piernas y voy escondiéndome de la ferocidad de los cadáveres vivos,andantes que abundan entre enjambres de horas y latente fugacidad.Dormita,canta,se mueve la mañana,muerta en el reloj,se mueve la noche.
Adiós.
Niña,vete a dormir.
Perturbada.
1 comentario:
Bonne nuit
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