me hago pipí. comí mucha sandía. estaba viendo agallas el perro cobarde cuando de repente empecé a sentir que me derretía y los mosquitos posados en la pantalla del portátil empezaron a pegarse a los cristales de las gafas y a dejar una especie de baba que me obligó a encender la luz, levantarme y ya comprobar que tenía demasiado calor, quería sandía y debía huir de ahí antes de morir aplastada por el vértigo de la evaporación. no sé si ver un capítulo más de agallas, lo que sí sé es que me apetece fumar y no tengo cigarros. no tengo sueño, pero sé que debo dormir. no quiero pensar que no podré dormir, por eso no me meteré aún en la cama, pero igual si me meto en la cama ahora mismo no pienso que no puedo dormir y logro dormir. lo voy a intentar, aunque lo dudo mucho, puesto que al escribir esto ya me estoy condicionando a pensar que si pienso en que dormiré, no dormiré y viceversa. mejor seguiré viendo agallas el perro cobarde y lidiando con estos mosquitos. hola mosquitos, podríais dejar vuestra baba viscosa encima del sol, atraparlo en vuestra telaraña de saliva y así me salvaríais. de ese modo, podría ver tranquilamente agallas el perro cobarde en la cama, comiendo pipas sin preocuparme por nada, aunque de haber sido así, nunca me habría levantado por la sandía ni se me hubiera ocurrido escribir esto, lo cual me lleva a concluir aquí esta ridícula serie de actos de causa y consecuencia completamente arbitrarias. fin.
