08 mayo 2010

Dr Jekyll and Mr Hyde

Superpseudoperra que necesita su correa para que la castigue, se ha huido de su antigua dueña, la borderline deprimida que se solía masturbar con lirios azules y luego llorar de la culpa. La perra que ahora hay en mí es la que se enjuaga las lágrimas con flujo vaginal, porque apenas me queda llanto. No hay culpa, no hay duelo, he empezado a vivir de nuevo recién salida del útero viscoso de la locura. Como aquí en esta ciudad los perros se olisquean de cuatro en cuatro, me he encontrado enrrollada a tres rabos entre ocho patas y de repente he empezado a ladrar para que alguien me escuchara. Pero como no había nadie, seguí en busca del sueño, y acabé mordiendo el muslo de una rubia que fumaba tabaco de liar y se tocaba mientras las piernas con dulzura. Guau, guau, guau.