ultimamente las noches se convirtieron en días y las únicas horas que duermo son desde las siete de la mañana hasta las doce del mediodía como mucho. la vida de universitario es difícil pero me pasa ya que cualquier libro que abro me parece un mundo predestinado a vivir intrínsecamente con el mío, por eso ya me lo tomo como algo normal nerdear harto hasta no poder más del cansancio como esos japoneses que salen por la tele que hacen récord de estudio comprimiendo sus neuronas hasta los tuétanos. mis libros de cálculo pesan tanto tanto como si fueran elefantes que aplastan bajo sus grandes patas mi microcosmos de ideas no numéricas y finalmente me engulle con su trompa todo pensamiento que logra escapar de mí que se desvía de lo meramente matemático. ya vivo en la biblioteca más que en mi casa y creo que se me deformaron los huesos de la espalda de tanto estudio. en estos días me gusta oír esas canciones que no terminan, que se cortan sin un fin, de esas que se van apagando poco a poco pero que no acaban del todo ni aún cuando dejas de oírla, como si siguiera después de terminarse allá fuera en un horizonte paralelo al de tus oídos, en otros oídos lejanos a los tuyos. hay en la televisión un documental que habla de que estamos acabando con el ecosistema del planeta, y a esos cretinos nadie les castiga por crímenes en contra del planeta, ellos cortan el amazonas, se decoran sus casas con pieles de leopardos y se quedan tan anchos, como si no pasara nada. yo a veces no comprendo por qué hay gente tan mala, creo que la maldad humana es tan grande que ya nos revienta por dentro y se sale por los ojos boca y nariz como si fueran gusanos saliendo de cadáveres y se pasan de humano a humano para sembrar en todos maldad y que nadie quede libre de ella, pero esa maldad a veces brota tanto que llega a acaparar el cuerpo entero, y muchas veces veo por la calle no personas, sino maldades encarnadas en personas, maldades con zapatos, abrigos o gafas que se confunden en la masa ajena. el hombre es un saco de pellejos llenos de avaricia y egoísmo y ultimamente veo que han adquirido una nueva forma, en vez de cabeza tienen un misil y su cuerpo es un billete de dinero. a veces me hubiera gustado nacer siendo otro animal.