me siento culpable, anoche dejé que mi sombra se desangrara en la esquina de mi llanto porque se hizo daño cuando quiso arrancarse de mí; esta mañana amanecí con la sombra herida en el alma y en la piel, pero finalmente nos reconciliamos y decidió volver a sumergirse en mí sin lastimarme al traspasarme. también me enfadé hoy bastante con el frío, pero jugamos al tres en raya e hicimos las paces. en dos meses tendré ya los diecinueve. detesto ser miope y ver tan mal. odio ver mejor con un ojo y peor con el otro porque a uno de ellos le dió por tener también astigmatismo, pero qué más da si veo con los dos tan mal que de no llevar las lentillas me pueden saludar a dos metros y no saber quiénes son o qué andan haciendo. no sé porqué siempre que voy a graduarme me entra la risa en la óptica cuando me ponen a ver esas letras ñoñas y malnacidas que me hacen rabiar de no poder verlas hasta que consiguen hacer que las vea bien con los cristales ópticos. a veces me siento tan pequeña como un alga en el océano o como el planeta tierra en la vía láctea o como cualquier otra cosa diminuta en medio de otra cosa mucho más grande. desearía que las personas dejaran de comerse a los animalitos. me enfada mucho escuchar cuando a alguien se le llama perro o burro o gallina, como si los perros o burros o gallinas fueran peores que el ser humano. o sea debería ser al revés, que se les compare a bien no a mal. me está saliendo la muela del juicio pero no sé por qué dicen que duele, porque a mí no me duele nada. como pan hasta con los espaguettis y aunque engorde mil, pero no puedo dejarlo. me gustan las cosas que engordan, como dulces, patatas fritas, pizzas y todo eso. se anticipó el invierno demasiado este año. de todas formas, hoy no quiero hablar de ninguna estación. en realidad no quiero hablar de nada pero siempre lo acabo haciendo. adiós blogger, ya me caíste peor que paris hilton.