24 octubre 2008

tengo que seguir poniendo títulos

la derivada del coseno de los viernes es una hora de libertad. tengo un déjà-vu de un sitio en el que jamás estuve y de repente me rodean millones de imágenes imposibles. ya se siente el olor a frío afuera. el olor a frío es uno de mis olores preferidos, me siento como una estrella polar sobre el cielo antártico. después de que acabe esta frase no seguiré escribiendo. no entiendo porqué tengo la costumbre de empezar escribiendo con expresiones matemáticas. soy un número compuesto por infinitas cifras. hoy había en el tren un señor con tacones. algunos hombres con tacones son hombres que de tanto querer enamorar acaban vacíos como un sueño lleno de nada. una vez conocí a una chica a la que le gustaban los hombres con tacones. solía hacer chistes clericales y tenía fijación por los programas de televisón de buscaparejas. sentía cosquilleos en sus pies y escalofríos en los labios al encontrarse con un hombre con tacones. nunca me gustarán los hombres con tacones aunque el sonido de tacones me resulta uno de los sonidos más bonitos del mundo. debería haber un museo del sonido rutinario, callejero, y seguro que el de los tacones sería uno de los más escuchados. es de mal gusto que los pobres sigan pagando las necedades de los más ricos. ya no es por injusticia (la palabra injusticia se borró del diccionario del idioma castellano. corrijo: se borró del lenguaje universal), sino por mal gusto. es de mal gusto leer el periódico de la mañana que tiene como primera noticia que los impuestos subirán y los salarios seguirán bajando. es de mal gusto esta sociedad. son de mal gusto estos presidentes de mierda. muy de mal gusto. estoy rodeada de un anarquismo juvenil de urinarios, de prisioneros de ideologías, de indiferentes, de aficionados, también de irresposables y gobernadores que se suben los salarios pero recortan gastos para la educación. es de mal gusto todo eso, es una porquería. pero yo no hablo de políticas, que eso es de mal gusto. que para algo están esos putos, no sólo para negociar a escondidas con empresas el monopolio de nuestras vidas.

esta vida es una enfermedad incurable, no hay más remedio que padecerla.