04 junio 2008

Soy una persona irreverente. Recibí una colección de miriápodos grisáceos de las Antípodas. Me gusta pensar en que vivo atemporalmente. Junio se derrite sobre el estómago del tiempo. Verano. Las tres y cuarenta. Ya no sé qué poner. Me espanta la repetición. Un reloj de cuerda que gira y gira y gira aprisa, una y otra vez, en mi garganta, donde late constantemente la fugacidad de la vida. Un puzzle sobre jirafas y suena música clásica, mientras intento ridiculizar mi vulgaridad, aunque tarea imposible, pues soy como una diminuta constelación de reiteraciones. Violencia verbal. Brutal estancamiento espiritual, y todo sigue igual en la avenida emocional de mi corazón, donde tiemblan como cohetes mil sentimientos. Sentimientos estúpidos que hierven lentamente en mi tórax, extraña sensación de alegría. Las tres cuarenta y cinco. Un tornado de estrellas de plastilina adosadas sobre el cielo que tirita al son de un cremoso resplandor. Un jirón de inspiración diluido sobre el suelo que parece un charco de hormigas. Grrr, qué atroz manera de resucitarme, hoy aparecí convertida en un miércoles de un junio espantosamente bello. Pero es bonito, me siento muy felíz.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Eres extraña; eso es interesante. Apuesto que no aparentas lo que sientes.

briones dijo...

hoy en aire tiene gases de la risa y la felicidad...te han afectado o te has inventado un mundo feliz...
dura dura dura ese mundo por tiempo largo, ojala...

^^es un honor conocerte, charlar contigo aunque solo sea en escritura y con mi errores de ortografia. deseo mucho conocerla, tenerla de frente y escuchar su voz...tener nuestras aventuras estilo indianajones y quien sabe que mas se te ocurrira...

gracias^^
saludos
besos contentos y felices

Anónimo dijo...

Yei!!! que bien que te sientas feliz, me gusto mucho lo que dices de la plastilina jaja. Y si el mes de junio es hermoso. Saluditos!!