Morimos.


Gritamos silenciosamente desde los suelos rociados por la rutina ensangrentada de nuestros hocicos,desde las grietas punzantes que nos esclavizan a la monotonía salvaje de nuestros cuerpos,rugimos con los pulmones encharcados por el dolor que se oxida bajo nuestras garras,miramos más allá de tu desprecio y egoísmo,intentándo en vano atisbar detrás de tus pupilas un hálito de razón,de sensibilidad,de amor,un vaho de esperanza,un pequeño efluvio de moralidad.Vagamos entre los restos de basura y los gusanos que van lamiéndo nuestras heridas,olemos la muerte en nuestros ojos,rozamos con las pestañas la tortura inerte en tí,desgarradora en nosotros.Vomitamos nuestro propio dolor,que se enquista lentamente en nuestros estómagos,perforados por el sadismo y egoísmo de tu boca,por el analfabetismo ético que acaricia tu cabeza de plomo,de inmoralidad,de odio,de nada.

Nos preguntamos qué hicimos para estar enjaulados y torturados mientras tú hinchas tu barriga y nos sonríes detrás de la cárcel manchada de sufrimiento.Tampoco entendemos por qué hay siempre un hombre flaco que nos golpea por cerrar los ojos;creo que es su hijo el que nos escupe cada vez que viene por aquí.

Morimos,gritamos,sufrimos,gritamos,miramos,gritamos,somos,gritamos,lloramos,gritamos,sentimos,gritamos.
Gritamos libertad detrás de la celda de la tortura.

Queremos irnos lejos de aquí.Muy lejos.

Ya estamos muertos.

Muertos.