28 julio 2012

es curioso, que mi (poca) inspiración sea como esa lombriz que se asoma después de la lluvia en la tierra mojada. así, la mía ha quedado en tierras áridas, y la lluvia se asemeja a ese estado de intensidad extrema que hace mucho que no siento, ya sea tristeza y muerte, o euforia que despelleja el alma. me encuentro ahora en un desierto con mi inspiración enterrada, y me pregunto si es que estoy en ese momento de arrastrarme por el suelo, porque la noria ya rompió sus engranajes, y entonces mi inspiración significaría el resultado de la cópula entre esa polarización emocional y mis manos. o quizás me hice vieja, cambié un poco más de lo que pensaba, o simplemente sigo siendo el mismo ser cíclico que siempre fui. no debo preocuparme, el dolor acecha como una bestia babeando en las esquinas de mi mente. mientras tanto, no importa si no me queda inspiración, quizá esté asentada en la línea de lo estable durante un tiempo. sé que es pasajero, pero no me importa. buenos días.