06 junio 2012

Me siento bien.

Dentro de unos días, me iré a mi tierra, a Rumanía. Pasaré ahí dos meses, y al volver en septiembre, me marcharé a Escocia por un tiempo breve a estudiar inglés. Finalmente he decidido irme ahí para estudiar inglés porque me parece un lugar paradisíaco y accesible. Total, todo seguirá girando igual, pero habré conocido uno de los países más bonitos del mundo y ya sabré hablar un poco mejor inglés. So, that's good. Después de mucho tiempo puedo decir que estoy feliz, me siento bien en todos los sentidos. Como si hubiera mudado de piel, sin más. Supongo que el tiempo ha ido lamiendo las cicatrices que me impedían respirar. Mejor. No debo plantearme ya lo efímero de este estado. De hecho, me siento algo extraña, dado que me encuentro bajo una sensación de paz que hacía mucho que no experimentaba. He sacado notas muy altas, he abandonado los malos vicios, me llevo bien con los demás, ya no sufro por amor, y además estoy conociendo a alguien que me ha devuelto, de algún modo, a mis orígenes. Quizás me enamore, o quizás no, esas cosas ya no me las planteo, pero me siento bien pensando en él y sabiendo que está a mi lado, y podemos pasear hablando de emociones, procesos de fermentación, cópula de hormigas, filosofía, vida y todo aquéllo que nos mueve. Sí. Estoy bien, aunque tengo algo de miedo a que pronto esto se quiebre. Pero no debería pensarlo, no. De hecho, no pienso pensarlo más.