09 noviembre 2010

anoche volví a soñar al señor p. me desnudaba con una mano mientras con la otra repasaba una enciclopedia de trastornos mentales. cuando me quitó las bragas me dijo que él iba a ser el primer hombre que me llevaría al fin del mundo, y entonces, le dije que ya hubo alguien que lo hizo antes, pero ese alguien no existía, y que si él me iba a llevar al fin del mundo, dejaría de existir, también. me tumbó en el escritorio y me folló. le clavé las uñas en la espalda y entonces comprendí que me estaba hiriendo a mí misma con mi propia fantasía. luego encendí la luz, y todo se había evaporado. pensé que mañana, en cuanto vea al señor p, fingiré que me duelen las rodillas, y me las estaré tocando todo el rato, buscando una excusa estúpida para no meterme la mano en los pantalones y desabrocharme la cremallera y subirme a su mesa y pedirle que me quite el ser a mordiscos. luego pensé que no debería hacer nada, y entonces, todo volvió a ser como antes. salí a la calle y dejó de llover. quise perderme entre la gente, pero solo estaba yo. así que volví a casa y empezó a llover. quise estar sola y me invadieron recuerdos.

mi corazón es hoy de sosa cáustica, porque estoy llorando, y siento algo ácido en las mejillas, como si estuviera exprimiendo el último instante de mi vida.

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