21 agosto 2009

pero yo no necesito a nadie más que a mí/ pero yo no necesito nada más que mi propia nada/ para existir me basta el tacto de mis dedos sobre el cerebro positrónico coagulado en el compás beethoveniano/ ese es el único botón que me enciende y apaga cuando yo quiero/ a la misma vez que en el otro extremo del mundo/ el espectro albino de mi obscura consciencia está siendo lapidado, de uno a otro lado/ por la civilización incivilizada de mi otro yo, el monstruo siempre intacto que escarba en la tierra débil de mi personalidad/ soy la persona sin persona, o la personalidad sin ser/ soy el triángulo que en sus vértices sostiene la triada ciclópea: brontes, estéropes y arges/ los hijos sin madre que a mis pies ensalzan a la muerte divina posada en el altar de este averno/ la decisión es el vapor que se abalanza en mi lecho mortífero/ no quiero querer más a nadie/ no quiero querer nada más que mi nada/ quiero crecer a solas/ mientras en el otro extremo del mundo/ mi consciencia se achique lentamente.

2 comentarios:

chamico dijo...

aaaah! otra loba de la estepa!

tanto baile de máscaras y uno queriendo andar levecito por la vida :/, por lo menos a mi me pasa.

Ágape dijo...

Sólo diré que ni siquiera Harry Heller, lobo estepario, es inmune.

Deberías buscarte el libro, te gustará.