me impulsa una náusea a escribir porque sé que en cualquier instante me puedo desmayar en ello y no quiero, pero esta será la última vez que lo haga. detesto las metáforas, se me quedan demasiado infinitas, me es imposible abarcarlas con estas palabras tan insignificantes, pero finalmente se coagulan como cristales de muerte residual a estas frases sin sentido. no intento esta vez ya que no sea lo que es, estoy harta de torcer la trayectoria de mi vida de la realidad, es un esfuerzo insano el propulsarme lejos de este mundo para que no me duela tanto. odio como escribo, escribo horrible, no tengo ni maldita inspiración, soy una mecanismo de lamentables repeticiones. he llegado a la conclusión de que cualquier sueño de escritora se ha quedado en eso, un sueño frustrado y muerto. me arrojé al abismo de esta existencia de carne rígida, esta de aquí, la que vibra en mí, no esa de allá afuera que intenta deshilvanarme de mi propia vida para arrancarme de ella y convertirme en una vida ajena a mí misma. y ahora mismo mientras escribo esto tengo un enorme peso en la conciencia, qué estoy haciendo, los instantes pasan en vano y nada queda aquí. nada me queda aquí. dejo de escribir, creo que fui demasiado lejos perdiendo el tiempo como una estúpida para llegar a darme cuenta de que de nada valió todo esto. absolutamente nada. adiós.