cuando te veo y te marchas te arranco de tu presencia para que estés siempre conmigo, perdona que te lleve por doquier, que te reproduzca a cada segundo en mis pensamientos, pero me es imprescindible que estés a cada instante junto a mí. cuando vuelvo a verte, tú ya estás ahí antes de que vengas, porque te construyo con la arcilla de mis anhelos con tu propia presencia en mí. cada vez que me enamoro de tí me doy cuenta de que en ese momento ya te quiero más que antes, y que es imposible quererte ya más, pero al rato me vuelvo a enamorar de tí más aún y ya me doy cuenta de que siempre te querré más y más. no voy a utilizar ese recurso de morir con la ilusión gangrenada a la sonrisa en forma de beso enfermo que desea la medicina de tus labios. si el llanto me abandonara hoy, quizás no lo echaría de menos, en todo caso sustituiría su presencia por la tuya, y entonces moriría llorándote a tí, y no a ese vacío desierto de lágrimas que no hacen más que incordiar mis córneas. llorarte a tí en todo caso haría cosquillas a mis ojos y no los añararía como estas lágrimas actuales que tengo ahora. no hago más que quererte constantemente, y te perdono que no me quieras y que no vayas a hacerlo jamás como yo lo hago, pues creo que mi amor ya compensa tu no amor, y no diré desamor porque si digo desamor entonces es como si el amor alguna vez hubiera existido, y nunca fue así, aunque pensándolo mejor, preferiría un desamor antes que un no amor, porque al menos así alguna vez habría podido escucharte decir te quiero y ya no necesitaría nada, absolutamente nada más. qué carga enamorarse de alguien que sabes que jamás de los jamases te querrá, que sólo te mira porque existes, pero no existes más allá de una mirada. qué carga me da enamorarme en unas semanas y desear morir ya en tu voz cuando aún sigo enterrada en tu silencio y tu indiferencia.

voy a construir una nave espacial para que nos vayamos a una nube. esta noche te voy a robar de tí sin que te des cuenta y voy a llenarme de tí hasta que me quede sin aliento. luego por la mañana te devolveré y podrás seguir viéndome como alguien más de los cientos de alguienes que puedes ver al día. podrás seguir viéndome como siempre lo hiciste y como siempre lo harás, como si no estuviera ahí, como si pudiera evaporarme en un instante sin que te des cuenta. no me quieras, yo ya morí de ilusión barata y vacía, de una ilusión vulgar que aún te mantiene aquí aunque no estés, que te desprende a cada instante de tu cuerpo para llenar tu ausencia.


te quiero, ah, te quiero mucho mucho mucho y no voy a seguir poniendo más muchos pero ni así puedo expresar lo mucho que te quiero.

o sea ni me imaginaba yo que acabaría enamorándome de ese.