07 octubre 2008

tuercas

me queda aún un trozo de mis dieciocho y quiero ahuecarlo para quedarme en él. enero tiene dos hélices de gran potencia que vienen flotando hacia acá y en su camino van descuartizando el otoño. hasta ahora no sabía qué era tener un pensamiento hipersónico, ahora lo sé y es francamente doloroso. me apetece caminar sóla, despacio. hoy es un día triste. en la parada del tren hay un cartel para píldoras post coitales de emergencia y con un dibujo de una mujer y un hombre de espaldas. me duele la médula de tanto amar, me duele la médula de tanto no amar. hoy es martes. gauss es el matemático que peor me cae. qué reseco que tuvo que haber sido ese viejo, ¿qué le hice yo para que me joda la vida académica de esta manera? no pretendo perder más el tiempo con esta tontería. espero que con el correr del tiempo el mundo de mi alrededor me vaya cayendo mejor. ah, son las siete ya. me he cansado de ser una esponja de esos chirriantes sonidos que salen de esos fonógrafos rayados que repiten hasta la saciedad, como máquinas de reproducción de palabras ridículas y hueras, sus propias vidas insulsas y aburridas. estoy harta de aquéllos que me hablan siempre en primera persona sobre estupideces sin ser capaces de escuchar más nada que a ellos mismos. bah, ya me está doliendo la cabeza.