13 mayo 2007

Libre como el sol

La calle parece sobrevivir a la inclemencia de la mañana dorada.La luz amarilla,casi cremosa,se amontona en los cuerpos blandos y castaños que se pasean al son de la brisa.Resuena en el aire un agradable rugir de pasos que se enderezan en cada cuadrado que se adhiere al suelo cálido,abrasado por la canicula del dia.Con una tonta sensación de libertad,se mece mi pelo en la turbulencia de esta delicada mañana,en el dulce caos que se apodera de la viveza encendida en las calles estrechas y cubiertas de vida pesada.Mis manos parecen arrugarse ante el tacto de los incómodos rayos solares,que se fijan a mi piel con ásperos hormigues,con gracia agujereada por el ardor de sus cristales.Ávidamente,se mueven mis piernas con un sincronizado movimiento,casi sutil,pisando las ardientes piedras que forman la calzada.Tengo una pesada sensación de libertad en el cuerpo,siento perderme en la multitud elástica,esponjosa,que abruman con sus diálogos el aire ambarino que les rodea.Me pierdo plácidamente como una hormiga en busca de laberintos húmedos,en busca de los tímidos roces de la sombra.Hoy soy demasiado libre,rompiendo el azar de la calle,de la mañana embadurnada por una terrible gana de bañar mi cuerpo en mares helados;soy libre,como los paseantes que impregnan sus pisadas en los rectángulos empedrados de vida,como el sol que se deshace en mis pasos con llamas etéreas pero rudas,libre como la luz amarillenta en las carnes blandas de la multitud.Soy libre como la mañana.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias por tu comentario.

Supongo que llevas razón en eso de que la larga sombra del destino proyectada por nuestro pensamiento es lo que verdaderamente nos hace esclavos.

Me ha gustado mucho tu blog, ciertamente profundo y con una gran fuerza en tu forma de escribir.

Un saludo