25 abril 2010

una nueva vida.

desde que ya no estás, yo soy cadáver,
y en el café de la mañana siempre creo oler el motor de la impaciencia.
me muevo de aquí allá,
intento adelantar el tiempo para crecer deprisa y volver a ti.
pero tú ya no estás aquí,
y en mí empiezan a sonar truenos que rayan el cristal de lágrimas roído.


esto que es ahora no volverá a ser,
aquéllo que vivimos se entierra lentamente
y tú te alejas de lo que soy, y yo me clavo en el corazón tu nombre
y el nombre de lo que fuimos cuando tú y yo eramos nosotros
y cuando nosotros sólo éramos tú y yo.
ya no estás aquí, y yo soy débil carne cuajando el llanto en la desesperación.

pero ya acabó, morí unas quince veces,
y ahora estoy aquí y siento que estoy viva.
he de acurrucarme en la duna que construyó la esperanza,
si sigo aquí es porque aún tengo en la lengua el frágil sabor de la alegría
y me entretengo robando belleza al vacío
hundiendo las palabras en la arena gris de tu ausencia,
guardando en mi piel el sol y la columna silenciosa del atardecer,
rasgando el aliento que explota en mis pulmones.

voy a dejar atrás el mundo que engendré
cuando mis ojos eran luz rayando el ocaso como el delirio.
arrancaré toda locura de mi ser,
y seré yo, pero sin ella, sin esa estrella que palpita en mí
con el enfermo compás que oscurece el muro de mi vida.
muerto he, pero he vuelto viviendo en lo mío
sin nada que inunda la mente en desastres,
sin ese cruel desatino que ahogaba mi cráneo,
bañándolo en tristezas y llantos con la piel seca.

voy a volver a ser,
vivir sin el hastío,
cambiar de sílabas al viento,
y existiendo,
levemente,
sin el sabor a destrucción que antes me envolvía.

1 comentario:

Anónimo dijo...

chocaron y él la vió agonizar y morir, nada pudo hacer

http://www.youtube.com/watch?v=3px0m1Y9Tuc

porque nos queda sufrir, creéme que es lo mejor